quarta-feira, dezembro 28, 2016

Diario de viaje 1
La ruta cósmica decolonial de des-aprendizaje
Argentina - Mágica Córdoba

Me permitan intentar escribir en español. Es que necesito comunicarme con muchas personas. Necesito contar historias que sean comprendidas por mucha gente, más allá del portugués... y “más allá de la forma”... Voy descubriendo las palabras y lenguajes. Al inicio de este blog hace unos años, yo empecé inventando un personaje – “Mallu de bicicleta”. Ella era una joven soñadora que viajaba por el mundo en su bici. Excepto por la ausencia de esta última, creo que soy un poco la personaje que inventé en el pasado tedioso. “Salgo a caminar por la cintura cósmica del Sur…” igualito cantaba Mercedes Sosa en la primera canción que conocí en el curso de español. Aquí sigo registrando algunas historias, compartiendo un poco del camino y de los muchos des-aprendizajes que, seguro, están por venir.

Escribo desde una tienda en una gasolinera en Salta, Argentina. Mi ruta ha empezado en Córdoba, desde un mágico espacio – ¡tema para otra publicación!... Hace 3 semanas yo llegaba a Buenos Aires y me fui derecho al terminal Retiro para coger el bus que me llevaría a los primeros de muchos encuentros-búsquedas de este mágico viaje. En el terminal, con mi pesada mochila roja, dejo salir las siguientes palabras: “¡Estoy demasiado vieja para esto!”. Una chica me mira sorprendida: “¿Cómo así? ¿Vieja?” Era Juli - ¡tema para otra publicación! En algunos minutos, descubrimos que las dos marchábamos al mismo lugar, para encontrar las mismas personas. Así que subimos las dos al mismo bus y llegamos juntas a Córdoba. Quiero adelantar que Juli – argentina que nació en Brasil – tiene una sonrisa que me ha contagiado en momentos un tanto densos a los primeros días de este viaje. Dejar la cotidiana tensión con el golpe en Brasil, la venta del país al capital internacional, el retroceso con el congelamiento de inversiones en salud y educación - ¿qué pasará con las universidades, dónde sueño seguir aportando con mis sentipensar constante? –, dejar el apuro tonto por decidir los próximos destinos de una recién doctora en Sociología… Tantas cuestiones por la cabeza hacen creer que hay un vacío en el corazón… ¡Qué locura! ¡Pero hay una magia aún más loca que “lo-cura-todo”! Y la sonrisa de Juli me ha presentado este otro punto de vista, además de los fuertes abrazos cordobeses, de la amabilidad de rostros y cuerpos abiertos para sentir, para intercambiar calor y energía, pulsando vida y confianza. Es indescriptible con palabras, pero voy intentar…

Empiezo por mi despedida de Córdoba.

Pizza para el Rabino.
Me fui con unos amigos ayudarlos en la preparación de pizzas en una Sinagoga. Nota importante: no tocar en el rabino. Manos, abrazos, nada. “Puedes hablar, saludarlo, pero no lo toques”. Una recomendación rara que recibí de la persona que me enseñó a re-conceptualizar la noción de abrazo. Desde el primer momento que conocí a este chico – hoy, panadero en Córdoba – he recibido los más largos abrazos de mi vida. Un abrazo sin apuro, sin aquella vergüenza que suele venir pasados los primeros segundos: “¿Qué pensara la otra persona?" Abrazos largos están autorizados apenas para despedidas o re-encuentros entre amantes, y aun así puede ser que cada uno de los amantes quede con la rara sensación de que, pasado el límite máximo de X minutos, debes salir rápidamente del abrazo. ¡Qué peligro exponerse demasiado al amor! Peor que los rayos UVB, dirían los médicos. Y así nos quedamos todos enfermos e infelices…
Nunca tuve que pelar tanto tomate en mi vida. ¡Y qué maravilla! Me sentía con una responsabilidad importante para el conjunto de la obra jejeje: la salsa de la pizza. En verdad, entiendo, hace algunos días, un poco más de trabajo colectivo desde que empecé a viajar y compartir espacios, tiempos, emociones… Y la mágica ocurre con la espontaneidad de los vínculos que se van entretejiendo desde y con el territorio. Yo he escrito sobre esto en mi tesis de doctorado, pero confieso: lo siento desde una dimensión aún más practica después de pelar los tomates para la salsa de la pizza ofrecida a los invitados del rabino en la Sinagoga. Con todas las contradicciones que esto pueda representar, así es.

El viento
Preparamos las pizzas afuera de la casa. El viento anunciaba una fuerte tormenta y no dejaba masa sobre masa. El horno fue improvisado en el piso. Sincrético, el panadero de origen judaica puso músicas de Bob Marley para relajar, mientras hacia sus pedidos para la Pachamama. Una gotita de lluvia sería fatal. Mientras transcurría la reunión adentro de la Sinagoga – sólo entre hombres –, el panadero hacia malabares de Yoga para serpentear el viento, mantener el fuego prendido, preparar la masa, arreglar los temperos… “¡Más queso!” Fueron unas 25 pizzas artesanales. Diversos sabores. Dos fueron preparadas para la amable esposa del rabino que está embarazada de su cuarto o quinto hijo. ¡Antojos son sagrados! El cariñoso panadero de largos abrazos quiso abrazar la señora antes de despedirse. Despistado, se olvidó de sus propias recomendaciones. La esposa del rabino ha recusado amablemente el abrazo abrazándose a sí misma. Esto me pareció de cierto modo interesante… Abrazarnos a nosotros mismos antes de querer abrazar el mundo me parece una buena lección.

No llovió. 



Otro día escuché una mujer que contaba sobre un viaje a la playa…

  "Yo pasé 10 días en la playa. Tres días terribles. Estuve sola" - dijo. 
"Y los otros siete? ¿Conociste alguien?"- le preguntaron. "Sí. Estuvimos yo conmigo misma."
  
Próximo destino,  Cachi (Salta)
“El significado de la palabra: El origen y el significado de Cachi todavía se discute, en idioma quechua la palabra Cachi significa Sal pero no se puede explicar su razón, se cree que haya sido un depósito de este producto en épocas prehispánicas. Otra etimología de la palabra proviene de la lengua de los antiguos diaguitas de donde “Kak” significa peñón, piedra, roca y “chi”, silencio, soledad. Otra versión habla de un vocablo Atacameño que significa Valle Hermoso.” Fuente: http://www.portaldesalta.gov.ar/cachi.htm