Y me fui a buscar mi propio Kintu. Allá donde todo ha empezado...
DIARIO DE VIAJE 6 Caxamarca, 08 de marzo de 2017
Año (pós)colonial.
¿LA CULPA ES DE LAS ABEJAS?
He empezado mi ruta cósmica el 7 de diciembre de 2016. ¡Hace 3 meses! Siento cambios profundos a cada paso que doy. Al mismo tiempo hay una hermosa continuidad, una conexión mágica entre las mujeres-agüitas de Córdoba (ver Diário de viaje4) y las guardianas de las lagunas de Cajamarca y Celendín. Me encantan sus sensibilidades, sus luchas y re existencias… Son realidades muy distintas, pero hay algo que las conecta: el vínculo con la tierra, con el agua, con el fuego, con estos elementos de la “naturaleza” que son parte de uno mismo.En Calca, Valle Sagrado, conocí Mares Wamani (¡más agua!).
Ella es como una abeja reina, Vive al lado de un harto río, trabaja con el barro dibujando formas y colores mágicos; además puede hablar con las plantas (y los cactos!)…¡Pura medicina!
Mares ya mismo pasará a cuidar de otras abejas. Son operarias que producen algo más que la miel: engendran memorias. Explico: las abejas serán responsables por tejer o fortalecer una especie de vínculo entre Mares y su padre, un aficionado por el universo de las colmenas. Por esta razón, la mujer-agüita de Calca decidió albergar en su jardín algunas de estas valientes proletarias, arquitectas de sus casas y expertas en polinizar, compartiendo sus saberes-vida.
Llegué a Calca siguiendo el rastro del “Kintu”, el “regalo” (en idioma Quechua) que conocí en Córdoba (Argentina). Como mencionado antes, en Córdoba, Kintu es sinónimo de panadería-escuela-saber-vida-comunidad-mágica… Dale, ya hablamos de todo esto. Ahorita el Kintu se está convirtiendo en “algo inmaterial”. El panadero siente en su corazón que es necesario transmutar energías, caminar, rediseñar horizontes y, sobre todo, fluir. Yo digo que: el hummus es parte de una receta hacia nuevas formas de vida (¡Olvídalo! Demasiado complejo. Esto tiene que ver con un sueño muy loco que yo tuve el otro día con hummus y búfalos).
“Hay que extraer sin inviabilizar sus vidas”
Dicen que no se puede abrir la colmena en el periodo de la tarde/noche, pues hace frío y las abejas se molestan porque ya están descansando… Es mejor hacerlo mientras el sol se hace presente. Así me ha explicado Mares.
Percibo que el arte de ‘cosechar la miel’ debe ser respetado. Cuando enojadas, las abejas pueden matar un caballo, o quizás varios (¡!).
“Hay que extraer sin inviabilizar sus vidas” – dijo Mares refiriéndose a la miel y a las abejas, describiendo todo el cuidado necesario para que la extracción no interrumpa la vida dentro de la colmena, con sus lógicas y tiempos propios.
En este momento, yo me acordaba de la lucha del pueblo Shuar en contra de la minería China… Yo pensaba: ¿Qué viabilidad la minería ofrece a una comunidad?
Conexiones… ¿oveja u abeja?
En Trujillo (Costa Peruana), conocí un joven que trabaja para una famosa marca de cosméticos, en el sector de marketing y de “creación de nuevos productos”. Una improbable amistad, pensé. Sin embargo, viajar nos hace flexibles (jejeje), o tal vez nos presenta múltiples posibilidades de compartir experiencias.
Cuando le conté al chico sobre uno de los muchos propósitos de mi ‘viaje cósmica decolonial’, el joven expuso una clasificación que yo no conocía: personas-ovejas versus personas abejas.
“Yo prefiero ser oveja, dijo. No me gusta ser una abeja como tú”. Yo no sabía que significaba exactamente ser “abeja” u “oveja”, pero entendí que no le interesaba al joven ‘vendedor de juventud’ mezclarse con temas sociales, políticos, ambientales… nadita de estas cosas “demasiado complejas” a las cuales yo dedico parte de mi tempo y camino. Entre tanto, ya mismo la oveja reconocería su lado abeja.
Por alguna razón, siempre llegamos adonde nos esperan… Y Gandhy nos esperaba.
No puedo explicar con detalles esta parte de la historia. Lo hago muy resumidamente: Gandhy (sí, con Y), es una chica de 26 años (por suerte, no tan pacifista como sugiere su nombre), madre de dos hijos. Inmigrante, ella pasaba por momentos bastante difíciles cuando nos conocimos. Cierto día, le tocó a nuestro amigo “Oveja” ofrecer su hombro solidario para acoger las lágrimas de Gandhy.
La supuesta pasividad de la oveja fue testada: “Esta chica hace florecer mi lado abeja” – reconoció el ‘vendedor de juventud’, antes de nuestra despedida en Trujillo.
Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz :)
Bueno, tengo sueño… mañana es mí día de ser un poco oveja turista por Caxamarca, “la ciudad del encuentro”…
En la habitación de la casa de Mares, donde ella vive con su hermosa familia
Agüita pura, así en el medio de la calle! (Valle Sagrado)
La luna, desde el jardin de la casa de Mares